La primera vez que tienes en brazos a tu bebé, no te sorprendas si de golpe te sientes abrumado por la idea de cuánto depende de ti. Tal vez sientas emociones encontradas, el deseo de proteger esta vida y sentir que tu bebé necesita de ti más que de nadie para sobrevivir. Ambas emociones son realistas, pero aparentemente compiten por tu atención. El error más común (sobre todo en los padres primerizos) es dejarte llevar por esta sensación de presión y zambullirte en tu trabajo, pues el estrés terminará por cobrar lo suyo. Sentirse absorbido por la necesidad de ganar (al descubrir lo caro que pueden ser los bebés y cuan importante era el aporte de tu pareja a la economía familiar), puede llevarte a sacrificar la incipiente relación con tu bebé. Sin embargo, otros padres usan diferentes estrategias para manejar su presupuesto y poder mantener un vínculo más estrecho con sus hijos. ¿Cómo? Aquí van unos tips: