Los tenis blancos suelen ser más complicados para lavar, pero lo realmente preocupante siempre es cómo evitar que la tela se ponga amarilla o incluso, que la suela quede amarilla. Y es que aunque existen un sinfín de trucos de lavado, los tenis necesitan lavarse con muchísima agua, para lograr retirar la cantidad de jabón e incluso de productos de limpieza que se les llegue a aplicar, porque el residuo de ellos, es lo que deja la suela amarilla y las costuras amarillas.