Aunque no lo creas, el agua es parte importante de cómo queda la ropa después de lavarla. Y es que, aunque tengas la lavadora más sofisticada, si el agua de la zona donde vives es muy "dura", es decir, con mucha cal o las tuberías son demasiado viejitas y nunca han tenido buen mantenimiento, todos los minerales terminarán mezclados con los productos de limpieza. Sin embargo, no todo está perdido, existe un gran truco para lavar las toallas y que queden suaves, sin importar cómo sea el agua de tu casa.