Cómo lavar una manta polar ¡quedará súper suave!

Las mantas de tela polar suelen dañarse con facilidad porque no se lavan correctamente y puedes notarlo fácilmente porque esa manta no se sentirá tan suave como regularmente estaba. Si quieres aprender cómo lavar una manta polar para que no pierda la suavidad y además siempre esté fresca pero se sienta como abrazo cálido, no te pierdas estos sencillos tips. De hecho, puedes poner en práctica estos tips para lavar una manta si usas lavadora o lo lavarás a mano.

Revisado por el Equipo Editorial de Kiwilimón

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Paso a Paso

Lava con agua fría: Uno de los principales errores al lavar una cobija, un edredón o una manta polar, es usar agua caliente o ciclos de calor. Y es que no olvidemos que cada tejido requiere trato especial y más cuando son texturas que pueden arruinarse con facilidad, como la tela polar. Aunque la clave es leer a detalle la etiqueta de la manta polar, te recomendamos que siempre laves con agua a 30° C (86°F).

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Usa jabón líquido: Aunque las lavadoras tienen ciclos específicos para enjuagar la ropa y así retirar toda la espuma, lo ideal siempre es usar la mitad de la medida normal para lavar ropa y así evitar que se sienta áspera. Y es que a diferencia del detergente en polvo, el jabón líquido no hace tanta espuma pero sí limpia muy bien los tejidos.

No olvides que la cantidad de suavizante de telas debe ser la mitad de lo que añades a la ropa normal, para evitar que la tela se siente pegajosa o chiclosa.

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Exprime pero no tanto: Las lavadoras más comunes suelen tener distintos tipos de centrifugado y para casos específicos de mantas de tela polar siempre será mejor no exprimir demasiado, ya que un centrifugado con muchas revolciones hará que la manta se vuelva áspera. Lo ideal es apachurrar lo suficiente para retirar el exceso de agua y así evitar que chorree demasiado y dejar secar al aire libre. ¡Te aseguramos que quedarán muy suaves y con buen aroma!

Extiende para que seque: El toque final para lavar una manta polar y que quede suave es extender y esperar a que seque, de esa dorma evitarás dos cosas importantes: que la tela se deforme o que la tela polar se vuelva áspera e incluso se sienta pegajosa. Simplemente exprime con las manos las orillas o los costados para retirar el exceso de agua y deja secar por completo sobre una superficie, incluso puedes fijar con pinzas en dos ganchos de ropa.

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